Thirteenth Sunday in Ordinary Time, Year A-2023

From VincentWiki
Paradoxes: Signs of the New Creation

Jesus brings in the new creation. The paradoxes that he lives and teaches let us know what the new creation means.

Jesus uses hard sayings and paradoxes to announce the Good News. And there are, in today’s gospel, examples of these hard sayings and paradoxes.

For sure, Jesus startles those who hear him and shakes their beliefs. But our amazement and puzzlement should not make us lose sight of what these sayings and paradoxes show us.

Jesus’ hard sayings and paradoxes are, yes, signs of the new creation. They show us what it means. No one has ever seen or heard it. For it means that to be poor is to own the kingdom, to serve is to rule. And to suffer is to rejoice, to die is to live. Also, to be little is to be great, to be last is to be first. Moreover, to be weak is to be strong, shame is glory.

In brief, it means the turning upside down of this selfish, sad, unjust, individualistic, deaf, destructive, closed, deadly world. And this turning upside-down spells the new creation of love, joy, justice, listening, union, building up, welcome, life for all. Hence, the Father’s will is done on earth as in heaven.

And Jesus does not just proclaim hard sayings and paradoxes. He also does what he says and embodies the paradoxes. Family ties do not stop him from carrying out his mission (see Mk 3, 21). He also fosters a new form of kinship (Lk 8, 21; 11, 27-28). And finally, he gives his body up and sheds his blood for all. That is why, God lifts him up on high and gives him the “name-above-every-name.”

It is true, then, that to be of Christ is to be of the new creation. Hence, we should put him before everyone, everything.

Lord Jesus, give us the grace to announce and live your hard sayings. Make us keep in mind that we live in you by your death, and that we should die in you by your life (SV.EN I:276).


2 July 2023

13th Sunday in O.T. (A)

1 Kgs 4, 8-11. 14-16a; Rom 6, 3-4. 8-11; Mt 10, 37-42


VERSIÓN ESPAÑOLA

Paradojas: signos de la nueva creación

Jesús introduce la nueva creación. Las paradojas que él vive y enseña nos dan a conocer lo que quiere decir la nueva creación.

Se sirve Jesús de dichos duros y de las paradojas para anunciar la Buena Noticia. Y hay ejemplos de tales dichos y paradojas en el evangelio de hoy.

Al proclamar así la Buena Noticia, Jesús alarma a los que lo oyen y sacude sus presuposiciones. Mas el asombro, desconcierto, no nos ha de hacer perder de vista lo que dan a conocer esos dichos y paradojas.

Los dichos duros y las paradojas de Jesús son signos, sí, de la nueva creación. Nos dan a conocer qué quiere decir ella. Se refiere ella a la situación que no se ha visto nunca ni se ha oído. Pues en esa situación, ser pobre es tener el reino, servir es mandar, sufrir es gozarse, morir es vivir. Y ser pequeño es ser grande, ser el último es ser el primero, ser débil es ser fuerte, la vergüenza es la gloria.

En pocas palabras, se trastorna este mundo de egoísmo, tristeza, injusticia, individualismo, sordera, división, destrucción, desamparo, muerte. Y tal trastorno quiere decir la nueva creación de amor, gozo, justicia, escucha mutua, unión, construcción, amparo, vida para todos. Se hace así lo que quiere el Padre en la tierra como en el cielo.

Y no solo proclama Jesús los dichos duros y las paradojas. Hace él también lo que dice y encarna las paradojas. No deja que los lazos de familia le impida cumplir su misión (véase Mc 3, 21). Promueve él una nueva forma de parentesco (Lc 8, 21; 11, 27-28). Y al fin, entrega su cuerpo y derrama su sangre por todos. Es por eso que Dios lo levanta sobre todo y le da el «nombre-sobre-todo-nombre».

Con razón, ser de él es ser de la nueva creación. A él, por lo tanto, nada, nadie, se ha de anteponer.

Señor Jesús, concédenos la gracia de anunciar y vivir tus dichos duros y tus paradojas. Haz que nos acordemos de forma eficaz de que vivimos en ti por tu muerte y de que hemos de morir en ti por tu vida (SV.ES I:320).


2 Julio 2023

13º Domingo de T.O. (A)

1 Re 4, 8-11. 14-16a; Rom 6, 3-4. 8-11; Mt 10, 37-42