Fifth Sunday of Easter, Year A-2023

From VincentWiki
Splendor of Christ on the Cross

Hanging on the cross, Jesus is clothed with the splendor of self-emptying love. He thus is the source of blessings.

Jesus was deeply troubled as he told his disciples that one of them would betray him. This and the thought that he would soon suffer and die must have greatly saddened them. Needless to say, gloom, not splendor, has taken over.

And so, he lifts up their spirits. He speaks to them, not of doom and gloom, but of life and splendor. And he tells them that they know the way to the bliss that awaits him and them. He further spells out for them that he is the way and the truth and the life.

That is to say, they and we can go to the Father only through Jesus. And only through him, too, that they and we can know the Father. In fact, to know and see him is to know and see the Father. Besides, to do the life-giving works that Jesus does is to live to the full.

And to take him as the way and the truth and the life cannot but mean to love and to serve to the end. For there is no greater love than to lay down one’s life for others. To give up one’s body and to shed one’s blood for others. And it is only through such self-emptying love that Christ’s and the Father’s true face shines in all its splendor. No wonder, Christ draws all to himself and to the Father.

Yes, God is love, and mercy is his distinctive trait (SV.EN XI:328), and he is shockingly, outrageously generous. And no, there is no way that we can match the true face of Christ, of the Father, with the image of God that the guardians of the law show.

Lord Jesus, you passed from the darkness of death to the splendor of your resurrection; let the same splendor be upon us.


7 May 2023

Fifth Sunday of Easter (A)

Acts 6, 1-7; 1 Pt 2, 4-9; Jn 14, 1-12


VERSIÓN ESPAÑOLA

Esplendor de Cristo en la cruz

Colgado de la cruz, Jesús se reviste del esplendor del amor abnegado. Se hace él, por lo tanto, manantial de bendiciones.

Jesús anunció con angustia a sus discípulos que uno de ellos le traicionaría. Seguramente, se angustiaron ellos a su vez al oír esto y al pensar ellos que él pronto padecería y moriría. De más está decir que lo que ha llegado a prevalecer no es el esplendor sino las tinieblas.

Es por eso que el Maestro alienta a sus discípulos. Les habla no de la destrucción ni de las tinieblas, sino de la vida y el esplendor. Y les dice que saben ellos el camino que lleva a la dicha que los espera a él y a ellos. Se les precisa también a los discípulos que él es el camino y la verdad y la vida.

Es decir, solo se va al Padre por Jesús. Y solo por él también se conoce al Padre. De hecho, conocer y ver a Jesús quiere decir ver y conocer al Padre. Además, hacer las obras vivificadoras que Jesús hace es llevar una vida plena.

Y acogerlo a Jesús como el camino y la verdad y la vida quiere decir amar y servir hasta el fin, el extremo. Pues no hay amor más grande que dar la vida por los demás. Que entregar el cuerpo y derramar la sangre por los demás. Y es solo por ese amor abnegado que brilla en todo su esplendor el rostro verdadero de Jesús y del Padre. No es de extrañar, por lo tanto, que Cristo atraiga a todos hacia sí y hacia el Padre.

Sí, Dios es amor, y lo propio de él es la compasión (SV.ES XI:253), y es generoso de forma escandalosa, asombrosa. Y no, no hay manera de que se pueda reconciliar el verdadero rostro de Cristo, del Padre, con la imagen de Dios que enseñan los guardianes de la ley.

Señor Jesús, pasaste de las tinieblas de la muerte al esplendor de tu resurrección; haz que baje a nosotros el mismo esplendor.


7 Mayo 2023

5º Domingo de Pascua (A)

Hch 6, 1-7; 1 Pd 2, 4-9; Jn 14, 1-12