Ascension and Seventh Sunday of Easter, Year A-2020
- Raise the Poor and the Helpless
Jesus has gone up heaven. From his throne he looks down on earth to lift up the helpless from the dust and raise the poor from the dump (Ps 113, 6-7).
Jesus tells his followers to wait for the Holy Spirit. And they quickly ask if it is time for him to raise up again the kingdom of Israel.
And he, then, makes clear that it is not for them to know what God has kept for himself. What is for them, yes, is to witness to him in lands near and far, friend and foe.
That is, he trusts and gives them a task. For he sends them to make disciples of all nations. And they will baptize them in the name of the Father, and of the Son, and of the Holy Spirit. They will teach them, besides, to keep all that he has commanded.
Such explanation shows that Jesus and his followers do not think the same. They are for nationalism and want the Jews to lead and have the power. So, they seek to keep out, nay, oust the Romans. They spurn pagan worship and the hodge-podge of beliefs and the stain that they bring. So, woe to Samaria!
But Jesus is given but to raise and build up and spread the kingdom of God. He does not rest until right is might on earth. He wants to set captives, the oppressed and all humans free. No, he is not here to judge, but to save.
That is why he goes around Galilee and brings the Good News to the poor. He seeks, welcomes and forgives the lost. He heals and makes life more human. And due to this, disciples hark back to Galilee.
Yes, the Holy Spirit will have to raise up the disciples. They need the anointing, power, wisdom, revelation, light of the Spirit. And they will soon have them.
Do we not need to raise ourselves to be on the same wavelength as Jesus?
Do we not look mostly below? And do we truly raise our eyes upward and seek what is above? Maybe we take care more of our affairs than those of Jesus (SV.EN II:527).
And being heavy or unbearable makes it hard for us to go up to him. But naked, we raise up ourselves quick. And our worries make us not hear him. They also choke his word.
True, it is hard not to have worries and mistrust of our own strength. But they should lead us all the more to trust God (SV.EN III:143), the Goodness and Love that Jesus embodies.
Also, to witness to Jesus means to take communion (see Acts 10, 41), so that this food may take us in.
Lord Jesus, you will come back in the same way that we see you go up to heaven. Remind us always that as we see you suffer before entering into your glory, so we must suffer. As we do good and raise the poor. And yes, before you come back to raise us.
24 May 2020
Ascension of the Lord (A)
Acts 1, 1-11; Eph 1, 17-23; Mt 28, 16-20
VERSIÓN ESPAÑOLA
- Levantar al pobre y al desvalido
Jesús ha ido al cielo. Y desde su trono mira a la tierra para levantar del polvo al desvalido y alzar de la basura al pobre (Sal 113, 6-7).
Jesús manda a sus seguidores que aguarden al Espíritu Santo. En seguida, pues, preguntan si ya se le va a levantar de nuevo al reino de Israel.
Es por eso que aclara él que no les toca saber lo que Dios se ha reservado. Lo que, sí, les toca es dar testimonio de él por doquier, cerca y lejos, ante amigos y enemigos.
Es decir, les confía él una tarea. Pues les pide que vayan y hagan discípulos de todos los pueblos. Y los bautizarán en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los enseñarán a guardar todo lo que él les ha mandado.
La aclaración da a entender que él y sus seguidores no piensan en la misma cosa. Promueven el nacionalismo. Y es por eso que se preocupan por levantar de nuevo el reino de Israel. ¡Que se vaya, pues, el rey títere! Lo que quiere decir que buscan excluir y aun expulsar a los romanos. Y odian con pasión el culto pagano y la mezcolanza de creencias de Samaria. Sí, ¡ay de los inmundos!
Jesús, en cambio, se desvive por levantar y edificar y difundir el reino de Dios. No descansa hasta que el derecho es el poder en la tierra. Desea la libertad para los cautivos y los opromidos, para todos. No juzga, sino salva.
Es por eso que recorre él Galilea y anuncia la Buena Nueva a los pobres. Busca, acoge y perdona a los perdidos. Sana y hace más digna y humana la vida. Y es también por eso que a los discípulos se les remite a Galilea.
Sí, el Espiritu Santo tendrá que levantar a los discípulos. Les faltan la unción del Espíritu, su fuerza, su sabiduría, su revelación y su luz. Y pronto las tendrán.
Y nosotros, ¿no nos hemos de levantar para que estemos en el mismo plano que Jesús?
¿No fijamos los ojos en la tierra? ¿No nos cuesta el levantar la mirada al cielo? Tal vez nos interesen más nuestros negocios que los de Jesús (SV.ES III:489).
Y con ser pesado o insoportable se nos hace bien difícil subir al mismo plano que él. Pero desnudos, nos podremos levantar. Las preocupaciones también nos llevan a no oirlo. Y agobian su palabra.
Cierto, apenas evitamos preocuparnos y desconfiar de nuestra fuerza. Pero las preocupaciones y la desconfianza nos deben llevar aún más a confiar en Dios (SV.ES III:124), pues él es la Bondad y el Amor que Jesús encarna.
Y ser testigos de él supone la comunión (véase Hch 10, 41), para así incorporarnos a este alimento.
Señor Jesús, volverás como te vemos ir al cielo. Recuérdanos siempre que, como te vemos padecer para entrar así en tu gloria, también así debemos padecer. Por hacer el bien y por levantar a los pobres. Y sí, antes de que vuelvas para levantarnos.
24 Mayo 2020
Ascensión del Señor (A)
Hch 1, 1-11; Ef 1, 17-23; Mt 28, 16-20