Christmas 2020
- Spread the Unbelievable Good News
A Savior has been born for us, who is Christ and Lord. This is the Good News of great joy that the angel brings. It must spread, for it is for all the people.
The decree that there be a census cannot but spread. And that is why those of the house and family of king David flock to Bethlehem.
And there a baby boy is born. His mother swaddles him, that is to say, in a common way that has spread just about everywhere. Then she lays him in a manger. For there is no room them in the inn.
The Good News is hard to believe. Is it hard to spread, too?
But the angel that announces this birth calls it Good News of great joy for all the people. It is the birth of Christ, the Lord. But does not what the angel says sound unbelievable due to the humble circumstances of the baby’s birth?
Who would think that the baby who is on the outskirts with his parents could be the Savior? True, prophet Micah says that from Bethlehem will come a ruler who is to shepherd Israel. But would it cross anyone’s mind that his birthplace could be a place for animals? And that he would have, besides, a trough for a crib?
But though it all seems beyond belief, we are still asked to believe. And there is a doubling-down on what is hard to believe: it is the sign for the shepherds.
Indeed, there is nothing that God cannot do. By his will, the Word becomes flesh. And through his Word, God speaks to us in these last days, and the Infinite reaches out to the finite.
And God delights in revealing to the shepherds what he hides from the leaders of the people. He also calls the shepherds to announce peace and to spread the Good News. They will thus lead others to be amazed by it, to keep it and to ponder on it in their hearts. To lead, too, to a great light those who walk in darkness. And to help all to hear the one who proclaims, “Your Savior comes!”
But do we truly believe the Good News that is hard to believe and strive to spread it? This demands that we welcome the Savior of the world, as though turned into nothing as a child (SV.EN VI:170). And that we ask him, too, to draw us with him into his lowliness.
Lord Jesus, through you God’s grace, kindness, love, comes to light for us. Help us to spread this Good News. In the manger, you mean to say that you give yourself to us as our food and drink. May we give up ourselves, too, for others.
25 December 2020
Nativity of the Lord
Night: Is 9, 1-6; Tit 2, 11-14; Lk 2, 1-14
Dawn: Is 62, 11-12; Tit 3, 4-7; Lk 2, 15-20
Day: Is 52, 7-10; Heb 1, 1-6; Jn 1, 1-18
VERSIÓN ESPAÑOLA
- Difundir la increíble Buena Nueva
Un Salvador se nos ha nacido: el Mesías, el Señor. Es la increíble Buena Nueva que trae el ángel. Ella se ha de difundir, que es para todo el pueblo.
No se deja de difundir el decreto de que se haga un censo. Es por eso que los de la casa y familia de David afluyen a Belén.
Y allí nace un niño. Su madre le envuelve en pañales, es decir, de forma común, la que no se puede sino difundir por casi todas partes. Luego, lo acuesta ella en un pesebre. Pues no tienen sitio en la posada.
La Buena Nueva es difícil de creer. ¿Es difícil de difundir también?
Ese nacimiento, según el ángel que lo anuncia, es la Buena Nueva, la alegría para todo el pueblo. Pues es el nacimiento del Mesías, el Señor. Pero, ¿no nos suena increíble lo que dice el ángel debido a las humildes circunstancias del nacimiento del niño?
¿Quién pensaría que pueda ser el Salvador el niño que está en las afueras juntos con sus padres? Sí, dice el profeta Miqueas que de Belén saldrá un jefe que será el pastor de Israel. Pero, ¿a quien se le ocurre que nazca él en un lugar para animales y tenga por cuna un pesebre?
Y aunque todo parece increíble, aún se nos exhorta a creer. Y se insiste en lo difícil de creer, que esto les servirá de señal a los pastores.
De verdad, nada hay que no pueda hacer Dios. Por su voluntad, se hace carne el Verbo. Y por el Verbo, nos habla Dios en esta etapa final y el Infinito extiende la mano a los seres finitos.
Y tiene Dios a bien revelar a los pastores lo que esconde a los dirigentes del pueblo. Les da también a los pastores la tarea de anunciar la paz y de difundir la Buena Nueva. Contribuirán, entonces, a que los demás se admiren de ella, y la conserven y la mediten en sus corazones. A que vean una luz grande los que caminan en tinieblas. Y a que oigan todo el mundo al que proclama: «Mira a tu Salvador que llega».
¿Creemos nosotros de verdad la Buena Nueva que es difícil de creer y la procuramos difundir? Requiere esto que acojamos al Salvador del mundo como anonadado bajo la forma de un niño (SV.ES VI:144). Y le pidamos que nos lleve tras él en su humillación.
Señor Jesús, por medio de ti se nos ha aparecido la gracia, la bondad, el amor de Dios. Ayúdanos a difundir esta Buena Nueva. En el pesebre, nos das a entender que tú te entregas como nuestra comida y nuestra bebida. Que así nos entreguemos también nosotros por los demás.
25 Diciembre 2020
Natividad del Senor
Noche: Is 9, 1-6; Tit 2, 11-14; Lc 2, 1-14
Aurora: Is 62, 11-12; Tit 3, 4-7; Lc 2, 15-20
Día: Is 52, 7-10; Heb 1, 1-6; Jn 1, 1-18