Sixth Sunday in Ordinary Time, Year B-2018

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Charity that Is Tender and Inclusive

Jesus gives us an example of tender and inclusive charity. Our Teacher and Lord wants such charity to be the badge that identifies his disciples.

The cure of a leper reveals clearly the charity of Jesus, the love that binds him to those who suffer. He is moved with pity at the sight of someone who, by law, should not be in contact with anyone. He thus shares in the leper’s pain.

And right away he stretches out his hand and touches the law-breaker, saying to him, “I do will it. Be made clean.” In doing so, Jesus shares, moreover, in the breach of law that the leper has initiated.

That is how sublime the charity of Jesus is. It prompts him to take up our infirmities, bear our diseases, and become sin and a curse for our sake.

That is because, for healing us and reinstating us to our place in the community, Jesus finds himself needing to remain outside. And, ultimately, he gives his body up and sheds his blood outside the camp in order to cleanse us, to make us holy.

Needless to say, the charity of Christ impels us Christians to love in the same way.

Christians are to imitate Jesus. So, just as Jesus lays down his life for us, we ought to lay down our lives also for our brothers and sisters. For this reason, Christians who refuse to welcome those who are at outside separate themselves from Jesus and his love.

Christians who really put on charity, the bond of perfect unity, cannot but welcome and serve those in the outskirts. And theirs is the conviction that charity is the fulfillment of the law. In other words, they recognize that “charity is above all rules” (SV.EN X:478), norms and laws. That is why they leave God for God. That is to say, they set aside their prayers to help a needy person outside, knocking at the door. They open themselves even to those whom the authorities decry as “illegals.” Of course, they oppose those who incite others to hatred, division and exclusion.

Lord Jesus, make us prove that you have forgiven and cleansed us through our tender and inclusive charity.


11 February 2018

6th Sunday in O.T. (B)

Lev 13, 1-2. 44-46; 1 Cor 10, 31 – 11, 1; Mk 1, 40-45


VERSIÓN ESPAÑOLA

Caridad entrañable e inclusiva

Jesús nos da ejemplo de caridad entrañable e inclusiva. Quiere el Maestro y Señor que esa caridad sea el distintivo de sus discípulos.

Se manifiesta claramente en la curación de un leproso la caridad de Jesús, su amor solidario con el sufrimiento ajeno. Siente lástima ante el que no debe, por prescripción legal, entrar en contacto con nadie. Y así participa en el dolor del leproso.

Y a continuación, extiende la mano al que incumple la ley y lo toca diciendo: «Quiero: queda limpio». De esa manera, acaba participando además Jesús en el incumplimiento iniciado por el leproso.

Así de sublime realmente es la caridad de Jesús. Ella lo impulsa a tomar nuestras dolencias, a cargar nuestras enfermedades, y a hacerse incluso pecado y maldición por nosotros.

Es que por sanarnos y reintegrarnos en la comunidad, Jesús se ve obligado a quedarse fuera. Y, por último, entrega su cuerpo y derrama su sangre fuera del campamento, para limpiarnos, para santificarnos.

Está de más decir que la caridad de Cristo nos apremia a los cristianos a amar de la misma manera.

Los cristianos buscan imitar a Jesús. Entonces, así como Jesús da la vida por nosotros, así también debemos dar la vida por nuestros hermanos y hermanas. Se apartan de él y de su amor, por tanto, los cristianos que les niegan la acogida a los excluidos.

Los realmente vestidos de la caridad, el ceñidor de la unidad consumada, no pueden sino acoger y servir a los marginados. Y están convencidos de que practicar la caridad es cumplir la ley entera. En otras palabras, reconocen que «la caridad está por encima de todas las reglas» (SV.ES IX:1125), normas y leyes. Por eso dejan a Dios por Dios. Es decir, dejan la oración para ayudar al necesitado que está fuera, llamando a la puerta. Se abren incluso a los afrentados como «ilegales» por las autoridades. Se oponen los verdaderos cristianos, por supuesto, a los fomentadores de odio, división y exclusión.

Señor Jesús, haz que los perdonados por ti y purificados del pecado nos acreditemos por nuestra caridad entrañable e inclusiva.


11 Febrero 2018

6º Domingo de T.O. (B)

Lev 13, 1-2. 44-46; 1 Cor 10, 31 – 11, 1; Mc 1, 40-45