Second Sunday of Advent, Year A-2022
- Prepare the Way of the Lord Jesus
Jesus is the King who comes to rule the earth with justice. We all have to repent and prepare for his coming.
To prepare the way of the Lord, this is what all of John the Baptist’s being and doing is about. To prepare means, first of all, to preach repentance, to call people to repent.
And all of us do have to repent, to acknowledge our sins and to ask that we be washed of them. For no one of us is just (Ps 14, 1-3; 143, 2; Qoh 7, 20; Rom 3, 23).
To want to prepare, then, the way of the Lord means to be the change to which to call the people. and that is why John leads a forbidding and atoning life, in the style of the prophet Elijah, in the desert. And thus do they have to repent and prepare those who seek to share the mission of Jesus’ forerunner.
And to repent implies, yes, change: of mind, attitude; of way, a turning to God after having strayed from him. We, of course, link repentance with behavior. But John lets us know that good behavior is not enough.
After all, he addresses his harshest words to the Pharisees and the Sadducees. They behave better than the rest, in keeping with the law of Moses. Still and all, John tells them they are the “brood of vipers.” For their good conduct hides pride, self-righteousness that makes them despise the common folks. They think they deserve to hold the first seats of power and gain, to get people’s praises, respect, greetings and services. They put their trust in their merits more than in God’s mercy and grace.
To prepare the way of the Lord
Our attitude, of course, should be that of Christ, the last of all. The servant of all who gives his body up and sheds his blood to save others. Not to have this attitude, then, means we need to repent and prepare. So that when he comes we can stand before him and enter his the kingdom. That is to say, so that we can be among the poor, who keep the true religion (SV.EN XI:190; SV.EN XII:142). And of whom, yes, of these honest, realistic, approachable, self-disciplined and hard-working folks who welcome Jesus’ Good News, is the kingdom of heaven.
Lord Jesus, make us, who mean to repent and prepare for your coming, share your thought, attitude, feeling, and the spirit of wisdom and understanding, counsel and strength, knowledge and awe of God. See to it that we judge with justice, not carried away by appearance or hearsay.
4 December 2022
Second Sunday of Advent (A)
Is 11, 1-10; Rom 15, 4-9; Mt 3, 1-12
VERSIÓN ESPAÑOLA
- Preparar el camino de nuestro Señor Jesús
Jesús es el Rey que viene a regir la tierra con justicia. Todos nos hemos de arrepentir y preparar para cuando él llegue.
Todo el ser y proceder de Juan Baustista tiene que ver con preparar el camino del Señor. Preparar quiere decir, sobre todo, predicar la conversión, llamar a la gente a que se arrepientan.
Y nos toca a todos arrepentirnos, confesar nuestros pecados y pedir que se nos lave de ellos. Pues ni uno de nosotros es justo (Sal 14, 1-3; 143, 2; Ecles 7, 20; Rom 3, 23).
Pretender, pues, preparar el camino del Señor quiere decir ser el cambio al que se le llama a la gente a gritos. Es por eso que Juan lleva una vida austera y penitente, al estilo del profeta Elías, en el desierto. Y así se han de arrepentir y preparar cuantos buscan compartir la misión del precursor de Jesús.
Y la conversión, sí, indica cambio: de mentalidad, actitud; de camino, un volverse hacia Dios tras haberse apartado de él. Desde luego, se asocia el arrepentimiento con el comportamiento. Pero da a entender Juan que no nos basta con comportarnos bien.
Es que dirige él las palabras más duras a los fariseos y saduceos. Ellos se comportan mejor que los demás de acuerdo con la ley de Moisés. Con todo, se les dice que son de la «raza de víboras». Pues su buena conducta oculta una actitud soberbia, pretensiones de superioridad que los llevan a tener en poco a la gente común. Creen que se merecen los primeros puestos de poder y lucro, y las alabanzas, las reverencias y los servicios de la gente. Se fían más de sus méritos que de la gracia y la misericordia de Dios.
Preparar el camino del Señor
Nuestra actitud, claro, ha de ser la de Cristo, el último de todos. El servidor de todos que entrega su cuerpo y derrama su sangre para salvar a los demás. Si nos falta esa actitud, nos tendremos que convertir y preparar. Para que, al llegar él, nos podamos mantener en pie delante de él y se nos deje entrar en su reino. Es decir, para que seamos de los pobres, los cuales conservan la verdadera religión (SV.ES XI:120, 462). Y de quienes, sí, de esa gente honesta, realista, accesible, autodisciplinada y trabajadora que encarna los valores del Evangelio, es el reino del cielo.
Señor Jesús, haz que los que nos procuramos arrepentir y preparar para tu llegada compartamos tus pensamientos, actitudes, sentimientos, y el espíritu de ciencia y discernimiento, de consejo y valor, de piedad y reverencia de Dios. Que siempre juzguemos con justicia, sin dejarnos llevar por apariencias y rumores.
4 Diciembre 2022
Domingo 2º de Adviento (A)
Is 11, 1-10; Rom 15, 4-9; Mt 3, 1-12