19 de febrero de 1656
Consejo de la Compañía de las Hijas de la Caridad que se celebra en San Lázaro con asistencia de Vicente de Paúl, Luisa de Marillac, dos hermanas antiguas y las tres asistentes. Se tratan varios temas: 1º) Sobre la petición del envío de una hermana para atender una botica de Nantes, se acuerda escribir a los solicitantes informándoles ampliamente de lo que se debe esperar de una hermana y que está puede ser cambiada libremente por sus superiores. 2º) Sobre la joven María de Persy, que estaba en la Casa desde hacía un año y a la que no se le daba el hábito porque: había querido ingresar en la Compañía después de haber venido a París para servir en una casa que finalmente no la había cogido, lo que no parecía vocación; era de pequeña estatura y con pocas fuerzas; tenía un espíritu infantil y con poco juicio; y le daba lo mismo quedarse que irse; se acuerda despedirla, con la promesa de volver a aceptarla si crecía y su voluntad permanecía, y pagarle el viaje porque su familia era pobre. 3º) Sobre una hermana que ya había sido recibida en la Compañía, pero que la que se dudaba de que fuera apropiada porque: tenía una ligereza de espíritu; se temía que aumentase con el tiempo ya que, según decía, había sido trepanada o si tenía algún descontento o enfermaba; tenía una pierna dislocada que le impedía sentarse en el suelo; no le gustaba nada el trabajo; guardaba las reglas con poca exactitud; se acuerda despedirla y, Vicente de Paúl dice que es muy importante elegir bien las muchachas que se reciben para que tengan las cualidades necesarias para ser Hijas de la Caridad, tanto en lo referente a las fuerzas del cuerpo como a las del espíritu. Si hasta entonces no se ha sido prudente en ello, hay que llegar a serlo, y, salvo que se ponga atención en eso, se convertirá a la Compañía en una enfermería, en la que las Hijas de la Caridad necesitarán de otras Hijas para servirlas en lugar de servir a los pobres. En el Consejo del día 27 del mismo mes volverá a tratarse el despido de esta última hermana.