16 de abril de 1885
En Roma, un decreto de la Congregación de Ritos, declara a san Vicente de Paúl, patrón, para toda la Iglesia Católica, de todas las asociaciones de Caridad que proceden de él, directa o indirectamente en cualquier materia de que se trate. Este decreto fue acordado ante el informe del Cardenal Carlos Laurenzi, en el que recordaba que trescientos noventa y nueve obispos y cinco superiores generales de congregaciones religiosas habían solicitado la extensión de este patronazgo a todas las obras católicas de caridad. El Cardenal Laurenzi continuaba refiriéndose a "...el arte admirable con el que san Vicente supo, por la asistencia corporal, ir a las almas, la multiplicidad verdaderamente prodigiosa de las obras a las que se dedicó y dio su vida; el hecho de haber sido un maestro ilustre y un legislador prudente en las obras de caridad la rápida propagación de sus instituciones la fecundidad y la virtud difusiva de su espíritu... la virtud saludable y preservativa de sus ejemplos y de sus instituciones contra el contagio de las sectas subversivas...".