Baptism of the Lord, Year C-2013

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Can you … be baptized with the baptism with which I am baptized? (Mk. 10:38)

Jesus receives the “baptism of repentance for the forgiveness of sins.” He accepts his mission and, while praying, is endorsed as God’s Son and his Servant, the anointed with the Holy Spirit.

The anointing of the Servant makes clear his mission: to bear our guilt in order to justify us (Is 53). In other words, the mission of the one who does not know sin is to make himself one with us sinners, to be sin, so that we may become the righteousness of God (2 Cor. 5:21).

We who are baptized partake of this mission. This means, among other things, that the authentic Christian prays. The Christians prays humbly, like the tax collector and not like the Pharisee who dare flaunt his religious practices before the one who is proclaimed “Holy, Holy, Holy.”

It goes without saying that we who partner with Jesus in his mission cannot be so very sure of our religiosity or too boastful of our religious pedigree, scorning those we call sinners. We will admit that God’s thoughts and ways are not necessarily our thoughts and ways, that God can raise up children to Abraham from stones. We are not going to replace those self-righteous individuals who complained that Jesus rubbed elbows with sinners.

Nor shall we let ourselves be prisoners of the customary partiality. Through baptism, we are all one in Christ Jesus, Abraham’s descendants and heirs according to the promise; among the baptized, there should not be any discrimination on the basis of being Jew or Gentile, slave or free, male or female (Gal 3:26-29). In the Church, one always prays to the Master of the harvest to send out laborers for his harvest. But does he not perhaps send us many, except that we do not recognize them, blinded that we are by our supposed orthodoxy? Or perhaps, because of too much comfort, we are as insensitive as the rich man who paid no attention to the law and the prophets and to Lazarus. A man of prayer that he was, St. Vincent de Paul was sensitive and capable of everything, including partnering creatively with women.

So be our prayer or be “the beginning of an uprising against the disorder of the world” (Karl Barth). An integral part of the Christian mission is to see to it that the Christian order prevails. In it, the poor are blessed, to be first is to be the slave of all, in the manner of the Son of Man who came to serve and to give his body up and shed his blood as a ransom for all.

We the baptized, then, are commissioned to share in the poverty and simplicity of the King of the world whom the shepherds found wrapped in swaddling clothes, and to pray that Jesus make the “Church a notable example of poverty and simplicity” [1]. But do we seriously like to be, as envisioned by “The Pact of the Catacombs” [2], the servant and poor Church of the suffering and poor Servant?

NOTES:

[1] Cf. the intercessions, Morning Prayers for December 31 and for Thursday—from January 2 to Epiphany, Liturgy of the Hours.
[2] Cf. http://iglesiadescalza.blogspot.com/2010/03/dom-helder-camara-monsignor-romero-and.htm (accessed January 5, 2013).


VERSIÓN ESPAÑOLA

Bautismo del Señor, C-2013

¿Sois capaces … de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar? (Mc 10, 38)

Jesús recibe el «bautismo de conversión para perdón de los pecados». Acepta su misión y, mientras ora, es acreditado como el Hijo de Dios y su Siervo, el ungido con el Espíritu Santo.

La unción del Siervo aclara su misión: cargar con nuestros crímenes para justificarnos (Is 53). En otras palabras, la misión del que no conoce pecado, siendo Hijo de Dios, es unirse a nosotros pecadores, ser pecado, para que seamos la justicia de Dios (2 Cor 5, 21).

Los bautizados somos partícipes de esta misión. Esto quiere decir, entre otras cosas, que el cristiano auténtico ora. Ora con humildad, como el publicano y no como el fariseo que delante del que es proclamado «Santo, Santo, Santo» se atreve a hacer alarde de sus prácticas religiosas.

Huelga decir que los que cooperamos con Jesús en su misión no podemos estar demasiado seguros de nuestra religiosidad ni engreírnos de nuestra ascendencia religiosa, menospreciando a quienes llamamos pecadores. Admitiremos que los planes y los caminos del Señor no necesariamente son los nuestros, que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de las piedras. No vamos a reemplazar a aquellos con pretensiones de superioridad, los cuales se quejababan de que Jesús se codeaba con los pecadores.

Tampoco nos dejaremos ser presos de las acostumbradas distinciones. Por el bautismo somos uno en Cristo Jesús, descendientes de Abrahán y herederos de la promesa; entre los bautizados ninguna discriminación debe haber a base de ser judío o gentil, esclavo o libre, hombre o mujer (Gal 3, 26-29). En la Iglesia siempre se le ruega al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies. Pero, ¿acaso no nos envía Dios muchos, excepto que no los reconocemos, ciegos que nos deja nuestra supuesta ortodoxia? O quizás por tanta comodidad nos quedamos tan insensibles como el rico que no les hizo caso ni a la Ley y los profetas ni a Lázaro. Un hombre de oración que era, san Vicente de Paúl se mostró sensible y capaz de todo, incluso de colaborar de modo inventivo con las mujeres.

Así sea nuestra oración, o que sea «el comienzo de una sublevación contra el desorden del mundo» (Karl Barth). Es parte integrante de la misión cristiana el procurar que prevalezca el orden cristiano. En éste, los pobres son dichosos, ser el primero es ser esclavo de todos, a la manera del Hijo del Hombre que ha venido para servir y entregar su cuerpo y derramar su sangre en rescate por todos.

A los bautizados, pues, se nos comisiona a imitar siempre la pobreza y la sencillez del «Rey del universo, a quien los pastores encontraron envuelto en pañales», y a orar que la «Iglesia realice los planes del Padre viviendo en pobreza» (véanse las preces de Laudes para el 31 de diciembre y para jueves antes de la Epifanía). Pero, ¿queremos en serio ser, desde «El pacto de las catacumbas» (cf. http://documentos.iglesia.cl/conf/documentos_sini.ficha.php?mod=documentos_sini&id=4149&sw_volver=yes&descripcion=), la Iglesia servidora y pobre del Siervo sufriente y pobre?